Duolingo comenzó la revolución en el aprendizaje de idiomas hace poco más de 10 años y, a día de hoy, con más de 500 millones de usuarios, su éxito es indiscutible.
En este artículo vamos a desgranar desde el punto de vista pedágogico aquellas características que presenta Duolingo y de las que la enseñanza tradicional (no sólo de idiomas) puede aprender.
Secuenciación de contenidos en espiral
Tradicionalmente, los libros de texto para la enseñanza de un segundo idioma presentan grandes cantidades de vocabulario por unidad y, sin embargo, es preferible distribuirlos a lo largo de las unidades para que sean más fáciles de asimilar y no introducir más hasta que los primeros hayan sido generalmente dominados. En Duolingo, el orden de contenidos responde a pequeñas unidades que van incorporando nuevo vocabulario al que ya se ha consolidado previamente y, generalmente, muchos de los contenidos no se presentan de manera aislada, sino que reaparecen en unidades posteriores, de manera que no quedan olvidados.
Contextualización y transversalidad
Puesto que Duolingo es una aplicación dirigida a adultos, los temas que se tratan son aquellos de mayor aplicación o más funcionales, por lo que en sus primeras unidades aparecen estructuras que podrían ser de ayuda en caso de visitar el país en el que se habla el idioma objetivo. Teniendo en cuenta lo anterior, lo primero que deben aprender los/as estudiantes en la clase son las expresiones que resulten necesarias para interactuar con el/la docente y sus compañeros/as (funcionalidad), además del vocabulario más frecuente que se pueda dar en el aula pero, por ejemplo, no será necesario introducir la palabra regla si no se va a utilizar una regla hasta el mes siguiente.
La meta en esta primera etapa es que los estudiantes puedan cubrir sus necesidades comunicativas más básicas (expresiones de cortesía, indicar malestar, pedir permiso, ayuda o materiales, etc.) en el idioma objetivo.
Adicionalmente, es de destacar que, por un lado, Duolingo propone situaciones humorísticas, tanto en las historias como en las actividades de las lecciones, y por otro, muestra una clara intención integradora del colectivo LGTBI+ en la contextualización de sus recursos didácticos. Y es que en las aulas de lenguas no sólo se puede trabajar el idioma con un fin académico, sino que también puede ser vehículo para el aprendizaje y desarrollo de otros contenidos transversales.
Variedad de fuentes de aprendizaje
En los últimos tiempos ha habido un auge en la cantidad de estudios acerca de cómo aprenden los seres humanos, y si algo está claro, es que no todos tenemos las mismas preferencias a la hora de adquirir o desarrollar nuevas habilidades. En este sentido, Duolingo combina dos formas de aprendizaje en una sola aplicación:
Autodidacta: mediante la práctica individual (error > feedback > análisis > reintento), la escucha de podcasts*, la realización de tests o pruebas de nivel, lectura (y escucha) de las historias*, o la disponibilidad de tips* con explicaciones y ejemplos incluidos en cada unidad.
* Recurso sólo disponible en ciertos cursos
Colaborativo: a través del foro, donde se pueden consultar dudas, plantear nuevas o responder a las de otros usuarios, o asistiendo a eventos (en la versión web) en los que se puede interactuar en directo con otros estudiantes
Los/as docentes también deben utilizar todos los recursos disponibles y ser creativos/as a la hora de diseñar las lecciones, para adaptar así los contenidos a las preferencias de aprendizaje de sus estudiantes. Por tanto, cuando se planifica una unidad didáctica es importante crear alternativas complementarias a las lecciones tradicionales de lectura y trabajo individual (si no reemplazarlas) mediante la inclusión de elementos visuales, musicales y kinestésicos, así como diversas formas de interacción entre estudiantes (proyectos, eventos, estructuras cooperativas).
Asegurar el éxito general
Uno de los factores que resultan más determinantes a la hora de que alguien decida continuar utilizando una aplicación de aprendizaje (o asistiendo a clase voluntariamente) es mantener los niveles de frustración al mínimo. Duolingo busca enganchar a sus usuarios/as a través de actividades adaptadas a niveles tan básicos que estos/as sientan que son capaces de desenvolverse en las lecciones de forma satisfactoria desde el minuto uno, y sin haber hecho un gran esfuerzo mental.
No todos los cursos de Duolingo están desarrollados al mismo nivel, por lo que no ofrecen la misma cantidad de recursos ni están igualmente perfeccionados. Por ejemplo, si un/a usuario/a quiere aprender ruso, en primer lugar, necesitará conocer el alfabeto cirílico. Pues bien, estas actividades de identificación de grafemas y fonemas no se encuentran disponibles para hispanoparlantes, pero sí lo está para angloparlantes. Por tanto, es muy probable que quien no hable inglés ni conozca el alfabeto cirílico se frustre rápidamente y abandone el curso de ruso.
En clase también es necesario que los/as estudiantes mantengan un porcentaje de aciertos del 80%+ durante la adquisición de nuevos contenidos y el 90%+ en actividades de repaso. Para ello, el/la docente deberá ofrecer tantas oportunidades de aprendizaje como sean necesarias, adecuarlas al nivel de sus estudiantes y proveerles de herramientas que aseguren su éxito la mayor parte del tiempo.
Aprender de los errores
Que los/as estudiantes interioricen y comprendan que cometer errores forma parte del proceso de aprendizaje es clave para disminuir el nivel de frustración y eliminar el miedo a participar o expresar dudas públicamente. Gran parte de la responsabilidad en este sentido la tiene el/la docente, puesto que es quien ha de apreciar toda participación del alumnado, modelar con sus acciones una actitud constructiva frente a las incorrecciones y quien ha de establecer esa cultura del error en el aula.
Duolingo, por su parte, se muestra flexible al aceptar gran variedad de respuestas como correctas, y además ofrece la posibilidad de acceder en cualquier momento al banco de errores, donde quedan almacenadas aquellas actividades que el/la usuario/a respondió incorrectamente. No obstante, se asegura de que, al menos una vez, estas actividades hayan sido repetidas, puesto que si el/la usuario/a erra una pregunta, se la mostrará de nuevo al final de la lección para comprobar que sabe responderla correctamente.
Control sobre el aprendizaje
Además de cuidar el balance entre éxito y frustración, los estudios también señalan que un mayor control de los/as estudiantes sobre su propio aprendizaje se relaciona con un significativo incremento del éxito académico. Duolingo permite a sus usuarios/as, por un lado, establecer objetivos personales y hacer seguimiento del progreso, tanto a nivel participativo (gráfica de puntos EXP obtenidos cada día y en total, recuento de días consecutivos practicando) como académico (árbol de contenidos, pruebas de nivel con historial), y por otro lado, elegir el tipo de actividad que se quiere hacer en cada momento (avanzar en las lecciones, trabajar sobre errores previos, repasar contenidos aleatorios o específicos, escuchar un podcast o leer una historia).
En el aula también es importante dejar atrás la enseñanza autoritaria e impositiva tradicional para empoderar a los/as estudiantes y permitirles tomar decisiones (limitadas) acerca de sus objetivos académicos, hacer seguimiento de los mismos y crear su propio plan de acción en función de los resultados del proceso de autoevaluación. Cuando los/as alumnos/as toman las riendas de su propio aprendizaje, el/la docente debe trabajar en la creación de una cultura de trabajo y un clima óptimo para el aprendizaje, y estar siempre disponible para orientarles en la toma de decisiones, realizar aclaraciones y proveerles de los recursos necesarios para poder avanzar.
Uso efectivo de incentivos
El uso de incentivos es un tema polémico en educación, ya que una mala aplicación puede llevar a la destrucción de la motivación intrínseca de los/as estudiantes. Para mantener altos los niveles de motivación, el/la docente no sólo ha de realizar una secuenciación que asegure la funcionalidad y aplicabilidad de los contenidos objeto de aprendizaje, o tener en cuenta el contexto y las preferencias de aprendizaje de sus alumnos/as, sino que además debe identificar aquellas habilidades que necesitan un refuerzo externo (incentivo) para comenzar a ponerse en práctica.
Cuando se aplican incentivos en el aula, es necesario tener en cuenta algunas directrices:
El objetivo final siempre ha de ser el aprendizaje y no la obtención de reconocimientos, ya sean tangibles o no tangibles.
Los éxitos individuales deben sumar para el objetivo colectivo.
Las habilidades sociales han de tener mayor peso que las académicas.
Todos/as los/as participantes deben alcanzar los objetivos frecuentemente.
Si se alcanza un objetivo y conlleva un premio (por ejemplo, puntos para la clase), no debe sustraerse del participante bajo ningún concepto.
¿Tienes algún método para asegurarte de que tus estudiantes tienen un alto porcentaje de éxito en el aula? ¿Has establecido una cultura del error en tu clase? ¿Fomentas la toma de decisiones entre tus estudiantes? Comparte con nosotros tus experiencias y tus ideas a través de los comentarios en el blog o las redes sociales (@sherpaeducacion).
SHERPA EDUCACIÓN
Comments