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Cómo y por qué usar humor en el aula

El humor tiene un poderoso efecto en las personas y es una herramienta muy útil que podemos usar en nuestras aulas, debido a los numerosos beneficios que genera en nuestras estudiantes, tanto a nivel individual como colectivo. En esta publicación, te detallamos los fundamentos que justifican la integración de contenidos humorísticos en las clases, así como ideas prácticas que podrás aplicar desde mañana mismo.

Dos niños riendose

Qué es humor y qué no lo es

A menudo, resulta complicado visualizar cuáles son los límites del humor en el aula. Lo que a una persona le parece divertido, a otra le puede molestar debido a su contexto personal y experiencias únicas. Por tanto, para simplificar el concepto podemos decir que se considera humor cualquier acto, imagen, comentario, etc., que genera risas en el grupo, pero que en ningún caso hiere los sentimientos de alguno de los individuos presentes. Así pues, descartaremos el uso de cualquiera de los siguientes supuestos:

  • Comentarios o actos que degraden o avergüencen a otras personas.

  • El uso de etiquetas o sobrenombres.

  • Bromas interpersonales que no comprende la persona que la recibe o que incluyan contenido perturbador, violento o referentes a grupos minoritarios.

  • El sarcasmo, ya que lleva siempre una reprimenda disfrazada de humor.

Dos chicas riéndose de una chica seria que está en primer plano.

Beneficios del humor

Los estudios demuestran que las niñas y niños que se ríen en la clase, desarrollan con mayor facilidad habilidades de comunicación y pensamiento crítico, son capaces de lidiar fácilmente con el estrés y la ansiedad, y presentan niveles más altos de entusiasmo, confianza, automotivación e interés por aprender.


Niños con uniforme de colegio riéndose

El humor basado en el respeto es una poderosa herramienta para construir un ambiente agradable e integrador en el aula y, además, sienta las bases de una relación positiva con (y entre) el alumnado, ya que genera y fortalece vínculos emocionales dentro del grupo, por lo que reduce también la posibilidad de conflictos en clase.


Por otro lado, el humor también se puede utilizar como elemento motivador y captador de atención para contenidos que no conecten directamente con los intereses personales de ciertas estudiantes. No es lo mismo presentar un problema que sólo ofrece los datos imprescindibles para su resolución, que si lo aliñamos con un toque de humor absurdo y surrealista, y además, lo acompañamos con imágenes representativas.

Barreras que nos impiden reír en clase

En los Estados Unidos hay un consejo que se suele transmitir entre generaciones de docentes y que, tristemente, todavía hoy en día se sigue escuchando: "no sonrías a tus estudiantes hasta Navidad". Los entornos donde se combina el aprendizaje por imposición, la transmisión de conocimientos unidireccional y un tipo de liderazgo autoritario y puramente jerárquico

suelen ser los más reticentes a la hora de lanzarse a incluir contenidos humorísticos en las aulas. El motivo radica principalmente en el miedo a perder el respeto de los estudiantes (o la autoridad) o que el foco de la lección deje de ser el docente y se pierda el control sobre grupo. Sin embargo, cuando existe una relación de respeto mutuo entre docente y estudiantes y una cultura de trabajo instalada en el grupo, el humor pasa a ser una excelente herramienta de cohesión interpersonal.


Cadena de metal

Introducir el humor en el aula

Hacer reír a otras personas no es tarea fácil cuando no se comparten intereses o experiencias previas, por lo que en primer lugar, es necesario conocer personalmente a tus estudiantes, si bien es cierto, que con el tiempo se descubren formas de humor que, por cuestiones madurativas, funcionan año tras año con la mayoría de los grupos. A continuación, proponemos algunas formas simples de sacar las risas de tus estudiantes:

  • Reírte de ti mismo es una apuesta mucho más segura frente a utilizar estudiantes como objeto de risa. Si cometes algún error, te tropiezas, se te traba la lengua, etc., reconócelo y ríete con tus estudiantes.

  • Cuenta anécdotas divertidas que tengan que ver con la lección para oxigenar la carga de contenidos.

  • Introduce humor absurdo, exageraciones, imitaciones, juegos de palabras, representaciones (role-play) y situaciones surrealistas.

  • Utiliza vídeos graciosos de las redes sociales para introducir un tema, titulares de noticias divertidos para análisis sintáctico, imágenes con errores ortográficos, cortes de películas o de programas de televisión que sean divertidos y tengan relación con la lección.

Dos niñas con pelucas de colores y gafas muy grandes riéndose.
  • Programa durante el curso días de peinado loco, gorro divertido, calcetines que no coinciden, etc., y participa tú también.

  • Pide a tus estudiantes que traigan libros que les parezcan divertidos, y que expliquen a toda la clase por qué, usando incluso ejemplos del libro.

  • Organiza una ronda de chistes los viernes en la que las estudiantes que traigan chistes para compartir, al principio o al final de la clase (supervisa primero los chistes para comprobar que son adecuados).

  • Prepara un póster en que las estudiantes y la docente pueda pegar con notas adhesivas, citas graciosas o chistes, y anima al grupo a que añada todo lo que se les ocurra (de este poster se podrían extraer los chistes de los viernes).

  • Incluye elementos humorísticos en las tareas, las actividades de clase, e incluso en los exámenes. Por ejemplo, si son preguntas de opción múltiple, incluye una respuesta absurda. Conseguirás sacar algunas sonrisas y romper la tensión del examen.

  • Planifica actividades de escritura creativa divertida. Esto te ayudará a conocer de primera mano qué cosas encuentran graciosas tus estudiantes.

  • Construye pensamiento creativo y humorístico en tus estudiantes mostrándoles dibujos, cómics o cortos, que no tengan diálogos y pídeles que sean ellas las que los inventen en parejas o en pequeños grupos.

  • Organiza actividades divertidas como trabalenguas, dramatizaciones, creación de memes, marionetas, mímica, etc. Con ellas tienes las risas de tus estudiantes aseguradas.


 

¿De qué manera utilizas el humor en tus clases? ¿Tienes actividades que les arranque una sonrisa a tus estudiantes? Comparte con nosotros tus experiencias y tus ideas con tus comentarios en el blog o en las redes sociales (@sherpaeducacion).


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